Los Hambrientos comenzaron a reunirse en grupos numerosos, los que nos dificultaba los ataques.
Una vez nos esquivaron en plena noche, mudando el rumbo para un lugar lejos del río, pero en un claro donde era imposible un ataque sorpresa.
Se tornó ley encender grandes hogueras, con las cuales era más difícil acercarse sin ser visto.
En las largas caminadas colocaban a los más jóvenes para estudiar el terreno, vigilando nuestros pasos, y cada vez se tornaba más difícil tomarlos desprevenidos.
Me pregunté cuál sería la razón de aquella mudanza de comportamiento. Si la descubriésemos y neutralizásemos, era posible continuar cazando y viviendo.
Si no...